miércoles, 23 de junio de 2010



El propósito de la educación es cultivar la naturaleza superior del hombre. La verdadera educación consiste en la formación del hombre como tal. La educación debe estimular la virilidad intelectual y hacer a los estudiantes devotos, sinceros, intrépidos y auto controlados. La educación debe estar destinada a formar la personalidad y el carácter y a desarrollar los poderes latentes del niño en su vida ética, intelectual, ascética, física y espiritual.

La educación consiste en el desarrollo del hombre en su totalidad. La cabeza, el corazón y la mano deben ser entrenados a la vez por medio de una educación artística, científica y práctica. Debe llevarse a cabo un desarrollo armónico del cuerpo, la mente, el intelecto y el espíritu. Sólo entonces será rápida la evolución.

La educación debe dirigirse a fomentar una vida plena y un pensamiento elevado. La educación debe capacitar al estudiante para adaptarse a su entorno, ayudándole a prepararse para la batalla de la vida y para el logro de la realización del Ser.

La educación debe enseñar a los estudiantes a amar a Dios y al hombre. Debe enseñarles a ser veraces, honrados, osados, humildes y misericordiosos. Debe enseñarles a practicar una conducta, vida, acción y pensamiento rectos, así como a autosacrificarse y a lograr el conocimiento del Ser. Aquella que desarrolla el carácter, la iniciativa y el espíritu de servicio a Dios y a la humanidad, es la verdadera educación.

Libro: Senda Divina de Swami Sivananda

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