
El propósito de la educación es cultivar la naturaleza superior del hombre. La verdadera educación consiste en la formación del hombre como tal. La educación debe estimular la virilidad intelectual y hacer a los estudiantes devotos, sinceros, intrépidos y auto controlados. La educación debe estar destinada a formar la personalidad y el carácter y a desarrollar los poderes latentes del niño en su vida ética, intelectual, ascética, física y espiritual.
La educación consiste en el desarrollo del hombre en su totalidad. La cabeza, el corazón y la mano deben ser entrenados a la vez por medio de una educación artística, científica y práctica. Debe llevarse a cabo un desarrollo armónico del cuerpo, la mente, el intelecto y el espíritu. Sólo entonces será rápida la evolución.
La educación debe dirigirse a fomentar una vida plena y un pensamiento elevado. La educación debe capacitar al estudiante para adaptarse a su entorno, ayudándole a prepararse para la batalla de la vida y para el logro de la realización del Ser.
La educación debe enseñar a los estudiantes a amar a Dios y al hombre. Debe enseñarles a ser veraces, honrados, osados, humildes y misericordiosos. Debe enseñarles a practicar una conducta, vida, acción y pensamiento rectos, así como a autosacrificarse y a lograr el conocimiento del Ser. Aquella que desarrolla el carácter, la iniciativa y el espíritu de servicio a Dios y a la humanidad, es la verdadera educación.
Libro: Senda Divina de Swami Sivananda
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