LA Playa
empezaba a amanecer,
la brisa de la mañana
acariciaba su piel.
Las olas entrecortadas
iban mojando sus pies
refrescando emociones
no escritas sobre el papel.
en los recuerdos de
ayer
dejó a su alma volar
y a su cuerpo
estremecer.
El sol brillaba en el cielo,
el día empezó a nacer,
las ilusiones
perdidas
la hicieron
desfallecer.
Sobre la arena tendida
mostraba su desnudez
ya no le importaba
nada
se sentía como un
pez.
Nadando contra corriente,
atrapada en una red,
sin presente ni
futuro,
sin poder calmar su
sed.
Sed de ideales sagrados
pisoteados sin
cuartel
y su corazón con
ellos
destilaba amarga
hiel.
Se rompió contra las olas
sintiéndose
desvanecer
se le nublaron los ojos
y no se la volvió a
ver.
La vida siguió su curso,
la playa pudo
esconder
sus pasos sobre la
arena
y sus sueños de
mujer.
Cuantos secretos oculta,
cuantas pasiones
despierta,
bajos los rayos del
sol
El aire agitó montañas,
olas de crestas
nevadas,
con rumor de
caracolas
bajo la arena
enterradas.
sus encrespadas aguas
perfilando en el
horizonte
zafiros contra
esmeraldas.
Cuchillos abrieron su vientre
impulsados por el
viento
con velocidad
creciente,
velas contra el
firmamento.
Hay quien peinó sus orillas,
desenredando su pelo,
recogiendo maravillas
ocultas bajo su velo.
Faenan en sus entrañas
acariciando su piel
con el sudor de su
frente
y la sal sobre el
mantel.
Castillos sobre la arena
desafían su poder
sin poder jamás
vencer
su fuerza brava y
serena.
y agradeciendo el
favor
le presta luz y color
en un bosque de
reflejos.
apagando su fulgor
que oculto en su
interior
despierta en cuanto
amanece.
el camino de Santiago
sobre su manto
plateado
cuajado de pedrería.
Desierta quedó su playa,
sin oro, incienso, ni
mirra,
huyeron los
parasoles,
los gritos y las
sonrisas.
Otro día nacerá
en un ciclo
inacabado,
sin futuro ni pasado,
esencia del devenir.
Nada deja de existir
flotando en la
memoria
del mundo y de su
historia
que aún está escribir.
Marín Hontoria
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