martes, 30 de enero de 2024

EL REGALO



En todas las culturas se hacen regalos. Suelen hacerse por cumpleaños, día de la madre, del padre, navidades, San Valentín… Es más costumbre que obligación. El acto de regalar es un momento para detenerse y reflexionar sobre el papel que juega esa persona en nuestras vidas. Es una ocasión para mostrar nuestro aprecio.

Con tu elección del regalo estás compartiendo algo sobre quién eres: un regalo tiene la capacidad de fortalecer un vínculo, mostrar amor y gratitud, o simplemente hacer que alguien se sienta especial.

Somos como estrellas caídas del cielo, cada una con su propio resplandor, iluminando el camino como luciérnagas en el incierto devenir de la existencia. La vida, según un antiguo Sutra budista, es un regalo único e invaluable. La comparación de la vida humana con una tortuga ciega que emerge del mar cada cien mil años, intentando meter la cabeza en un pequeño aro de oro, destaca la rareza y la fortuna de tener un nacimiento humano y acceder a enseñanzas significativas.

La vida, este regalo que no tiene precio pero de incalculable valor, nos brinda la oportunidad de experimentar un amplio abanico de emociones, relaciones, desafíos y experiencias. A través de ellas, crecemos, aprendemos y encontramos sentido en nuestro viaje.

Somos hermanos de luz, compartiendo un viaje lleno de desafíos, en este milagro de vivir. Nuestros pasos entrecruzados van dejando huellas que nada ni nadie podrá borrar en la memoria del mundo.

El amor también es un hermoso regalo que entregamos y que recibimos. Es un sentimiento que nos conduce a tener sentido en nuestras vidas, una fuerza motivadora e inspiradora que nos conduce a realizar buenas obras, es más, es un excelente remedio que ayuda a quien está enfermo dándole fuerzas para sanar. Lo importante del amor es la actitud y el deseo que tenemos de hacer lo que esté de nuestra parte por hacer felices a nuestros semejantes.

Amar es estar disponible, ser consciente del aquí y ahora, y regalar nuestra presencia, nuestra esencia misma. Poder decir: se que estas aquí y eso me hace muy feliz. En lugar de compensar con cosas materiales, el regalo más valioso es nuestro tiempo, una parte irreemplazable de nuestra vida que dedicamos a otros.

Estoy aquí y ahora para ti. Siempre tendrás un lugar en mi corazón y cada mañana nos volveremos a encontrar, porque al despertar latirás en mi pecho y cogidos de la mano abriremos puertas y ventanas al nuevo día.

Es muy posible que me quede un poquito más, todavía tengo cosas que hacer aquí, pero aun cuando no estés seguirás habitando mi corazón y acompañando mis pasos, dejaremos nuestras huellas en la arena y aunque las olas las borrarán seguiremos siendo uno, gotas de agua en el río del amor que fluye hacia el vasto océano de la existencia.

La grandeza de las personas se revela en los pequeños detalles, gestos cotidianos que construyen universos emocionales más significativos que las acciones grandilocuentes.

La propia existencia, el amor, el tiempo y los detalles son tesoros que enriquecen y otorgan significado a nuestras vidas cuando los compartimos. Sin embargo, al llegar al final de este viaje llamado vida, me doy cuenta de que el regalo más hermoso no es solo experimentar estos tesoros, sino la conexión sincera entre dos almas afines, una conexión que trasciende el tiempo y perdura en la eternidad.  

Marín Hontoria

2 comentarios:

Olga dijo...

Maravilloso minirelato entre las almas que se quieren, la persona con su entrega total hacia la otra, és el regalo mas preciado y divino que cualquier abjeto que se le pueda regalar.👏🏼👏🏼🩷🥰

Olga dijo...

Escribe mucho, todos tus relatos són espectaculares y entrañables, como me gustan.🤗🤗