MI Abuela

 


Jerónima Redondo Cercadillo

Más de cien años vividos

luchando contra corriente

siempre mirando de frente

a pesar de lo sufrido.


Con su esposo caído

al borde de una cuneta

cargado en una carreta

lo rescata del olvido.


Tiene el corazón partido,

la ha cogido embarazada,

esa terrible cruzada

que tiene a Dios por testigo.


Una guerra fratricida,

vientos que todo lo arrasan,

muertos, vencidos, hambre, desgracia,

grillos, cadenas que al hombre atan.


Amarguras hondas, simas de dolor,

esparciendo simientes, sembrando amor,

sin recoger grandes frutos,

sin ceder a su honda desazón.


Sola subió a los seis hijos

que con mano firme educó,

todos dejaron el pueblo

por un futuro mejor.


Surcos dibujan su piel

llenando de pliegues su cuerpo

coronando su vejez

de blancos reflejos al viento.


Añeja tiene la sangre

que fluye por sus veredas

regando campos y venas

que alimentan su doblez.


Oculta su desnudez

tras faja, refajo y viso,

y negro el color que quiso

vistiera su sencillez.


Una pasión la acompaña

llenando sus horas muertas:

una baraja de cartas

en sus manos macilentas.


Solitarios en silencio

ganchillo, media o calceta,

y el refranero popular

que administra sin receta.


Una vida centenaria

llena de historias pasadas,

vivencias amoratadas,

siguiendo el rastro del tiempo.


Marín Hontoria

Comentarios

Olga ha dicho que…
La meva iaia també, em va criar, educar, i ensenyar-me moltes coses que la vida no t'ensenya, els valors, l'adolsura, la tendresa, la lluita diaria de la vida, i per estar amb el teu bisnet kevin i ensenyar-li moltes coses, gràcies iaia per estar amb mi fins a l'últim dia de la teva vida.
I a ti cosinet per fer-li aquesta dedicatòria a la iaia que també et va criar. 👵🏼, segueix així escrivint totes les teves historietes, amb aquesta valentia que tu saps fer.