LA NOCHE ME INUNDA CON SU SILENCIO

 

El sol se esconde tras las azoteas,
detrás de un horizonte de antenas y silencios.
Las sombras, fieles compañeras, siguen su partida,
anunciando la llegada de la luna y sus reflejos.

Lentamente, la noche me inunda con su silencio,
rompiendo la soledad con sus latidos,
música del alma que clama al cielo
y conduce mis pasos a tu puerto escondido.

Recorro tu playa siguiendo las huellas de los que nos han precedido,
y encuentro húmedas caracolas con sabor a mar y rumores desconocidos,
que me susurran tus palabras cuando las acerco a mis oídos,
descubriendo una mujer secuestrada por las olas,
tejiendo con espuma su incierto destino.

Alma, mente, corazón y vida son uno,
pero andamos divididos, enajenados, perdidos,
atrapados en un mundo de ilusiones y apariencias
que nos roban la realidad y confunden los sentidos.
Sin ese norte, nuestro ser superior permanece oculto,
sepultado bajo capas de miedo, prejuicio y olvido.

Divididos, enajenados, perdidos en el desierto de la sinrazón,
nos sentimos vacíos, con los sueños extraviados y las alas rotas.

Desprovistos de nuestra esencia, buscamos en la soledad
el examen de conciencia, el sentimiento profundo, raíces y centro,
la columna vertebral que nos devuelva la unidad,
ser uno en el vasto universo.

Puedes pasar de la noche oscura del alma
al ruido de la calle o al abrazo del amigo;
de la belleza que la luna refleja, al vino,
las copas y los pecados capitales,
pero eso poco importa,
porque todo está en ti, en mí, aquí y allí.

Recuerda entonces:

Tú y yo somos uno,
dos gotas de agua
en el río de la vida,
dos gotas de agua
en el océano del amor.

Marín Hontoria

Comentarios

jorgemot26@gmail.com ha dicho que…
Saludos apreciado Marín tu escrito es muy emotivo para mí. Me gusta como describes la transición del día a la noche y la conexión entre el alma y el universo. Las imágenes de las caracolas y las olas son muy sugestivas. El mensaje final sobre la unidad y el amor es inspirador. ¡Muy buen trabajo!