sábado, 3 de marzo de 2007

Maestro

Necesitamos maestros auténticos, no simples instructores.
Instructor es aquél que solamente proporciona información.
Maestro es aquél que forja la inteligencia y la voluntad que hace que surja la obra maestra que existe en cada uno de sus alumnos.

El instructor enseña una técnica y da una instrucción precisa.
El Maestro no se limita a enseñar lo que el otro no sabe, sino que hace que surja en el otro lo que debe llegar a ser.

Maestro es el que siembra ambiciones superiores, éticas y progresistas.

Maestro es el que forja voluntades de triunfadores y optimismo de lograr la cumbre a pesar de las adversidades.

Maestro es quien ha encontrado en la enseñanza su auténtica vocación y goza con la realización de cada uno de sus alumnos.

Maestro es quien enseña con su ejemplo, señalando la ruta a seguir para lograr la plena realización.

Maestro es aquél que da sentido positivo y aprendizaje a todas las adversidades.

Maestro es aquél que en cada clase que imparte, se emplea a fondo y es la mejor que ha dado en su vida.

Maestro es aquél que en cada jornada de trabajo, lanza el corazón y enseña con tal pasión como no lo ha hecho nunca.

Maestro es el que conjuga la realidad del presente con el sueño de lograr un mundo superior en el futuro.

Maestro es aquél que hace soñar a sus alumnos en hacer posible lo imposible.

Maestro es el inconforme de su tiempo que siembra ideales para luchar por la Justicia , la Generosidad y el Amor.

Si se le teme es simple instructor, si se le ama es un auténtico Maestro .

Maestro es aquél idealista que se ha ofrecido para ser ayudante de Dios en su creación.


Miguel Angel Cornejo
http://www.cornejoonline.com

domingo, 25 de febrero de 2007

Font Bordonera

El aprendizaje personalizado

17/11/2006

La preocupación por adaptar el currículum y los métodos didácticos a las necesidades específicas de cada alumno es un asunto que viene de muy lejos y al que a veces los profesores dedican grandes esfuerzos. Cuando esta actividad se lleva a cabo de una manera sistemática y por todo el equipo docente de un centro educativo se puede hablar de personalización del aprendizaje, es decir, del proceso de proporcionar a cada alumno las oportunidades de obtener el máximo y lo mejor de sí mismo, sea cual sea su talento o su entorno o procedencia. Avanzar por el camino de personalizar el aprendizaje es quizás la única manera de conseguir que la enseñanza reaccione a la crisis del sistema. Sin embargo, efectuar y llevar a cabo el intento sistemático de poner cada alumno en el centro de su aprendizaje es muy difícil en el marco organizativo actual.

En esta Nota nos centramos en el aprendizaje personalizado, también conocido como PL (personalised learning), tomando como base, en ocasiones de manera casi literal, las ideas que plantea al respecto una web del ministerio inglés de educación (DfES, Department for Education and Skills ) que pienso que es especialmente interesante.
Para cada alumno individualmente considerado, la personalización del aprendizaje significa que se atienden sus necesidades y características individuales, en la escuela y más allá de ésta, llegando a la familia y a la comunidad, y que dispone de un apoyo coordinado que le permite tener éxito en su trabajo, independientemente de su talento y de su entorno. Esto sólo se puede hacer en un contexto escolar sensato y firme, que genere confianza y seguridad, en el que se traten con eficacia los problemas de aprendizaje de cada estudiante y en el que éste o ésta tengan una voz real en su actividad escolar. Si el alumno no tiene nada que decir porque todo está decidido, no hay espacio para la personalización del aprendizaje.
Para los padres, este concepto significa disponer con regularidad de información actualizada que les permita comprender con claridad lo que el alumno hace y puede hacer en cada momento, de cómo puede progresar y de qué ayudas se le pueden dar en casa. También significa que las familias tienen la posibilidad de participar en la planificación de la educación futura de sus hijos y que tienen la oportunidad de jugar un rol más activo en la vida escolar, sabiendo que su contribución es bienvenida y valorada. Esto último, a pesar de todo el lip service a la colaboración escuela-familia, no es de lo más frecuente (a veces son los padres los que lo ponen muy difícil, en otras ocasiones son las escuelas quienes los ignoran)
Para el profesorado personalizar el aprendizaje presupone que se ponen altas expectativas en cada alumno, dándole la confianza y las destrezas para tener éxito, poniendo a la persona por delante del currículo oficial. Evidentemente no basta con quererlo, hace falta estar en condiciones de hacerlo, y hacer que sea posible es la auténtica misión de la organización escolar. Por un lado, la organización tiene que conseguir que el profesorado disponga de tiempo para la evaluación y la planificación y que invierta este tiempo en equipo considerando cada alumno, caso por caso y de manera permanente, atendiéndolo personalizadamente y en equipo a lo largo del curso, no se trata de emplear el tiempo planificando genéricamente los contenidos a impartir. Por otra parte, la organización tiene que facilitar sistemas de información que den amplios datos de cada estudiante, de forma que las decisiones sobre la enseñanza y el aprendizaje se puedan tomar de manera informada. También tiene que permitir la captura en tiempo real de los datos relativos a cada alumno resultantes de actuaciones como por ejemplo reuniones, exámenes, entrevistas, informes, proyectos, etc.
En la perspectiva de los centros educativos en tanto que instituciones, la personalización del aprendizaje comporta aceptar y asumir que cada alumno llega con una base de conocimientos y un conjunto de destrezas diferente, y también con variadas aptitudes y aspiraciones. Tienen que entender y aceptar que la práctica habitual de adscripción mecánica del alumno a un currículo estandarizado está en la base de la desmotivación e incluso de los fracasos escolares, es decir, que su propia manera de hacer las cosas contribuye decisivamente a que la educación sea mediocre y plagada de insatisfacciones. Para personalizar el aprendizaje es necesario organizar la actividad de los centros a partir de la evaluación de las necesidades de cada alumno y de la determinación de desarrollar su talento y su creatividad de la manera más apropiada mediante un amplio repertorio de estrategias educativas en las cuales las TIC son fundamentales.
Las administraciones y los titulares de quienes dependen los centros educativos se lo tienen que creer (que la personalización es posible y necesaria): tienen que crear las condiciones en las cuales los profesores actúan en equipo para atender los alumnos y los centros tienen la flexibilidad y la capacidad para personalizar la experiencia de aprendizaje de todo el alumnado. Esto no es lo mismo que individualizar ni tampoco significa aprender aislado. Hoy en día, en nuestro contexto y en términos generales, la dificultad de personalizar no es tanto un problema de ratios alumnos-profesores como de despliegue y de organización de los efectivos existentes con unos objetivos renovados. También hace falta que las entidades responsables de los centros articulen un amplio programa de desarrollo profesional orientado a la personalización del aprendizaje, en el que la interrelación entre personas y el fomento de la experimentación tengan un papel esencial.
Para avanzar en esta línea es necesario imaginar, experimentar e implantar un doble sistema renovado de liderazgo y de responsabilidades, que sea capaz de combinar y de hacer simultáneamente viables los objetivos de alta calidad y de alta equidad.

Ferran Ruiz Tarragó
frtarrago@gmail.com

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